¡Es mejor ser Rico que Pobre!

Un Momento de Reflexión

por Lilia M. Fiallo

Los seres humanos, individualmente, iniciamos el paso por la vida con la riqueza espiritual más poderosa, inmensa y maravillosa que ninguna otra especie en el planeta tiene. Si analizamos, el solo hecho de reír, caminar, ver, pensar, comer, opinar sobre lo que nos gusta, poder gritar a los cuatro vientos nuestra felicidad, son privilegios del alma y aunque no nos demos cuenta de lo que tenemos, y a veces, no le demos el valor merecido, ¡Dios vive en nuestro ser!

Casi siempre como una máquina, tenemos en la mente un programa habitual para realizar nuestras actividades. Cuando iniciamos el día, entran en acción una serie de privilegios propios que nos encaminan a desarrollar nuestra labor diaria, bien sea, ama de casa, empleado, oficinista, estudiante, cirujano, farmaceuta, electricista, o la labor que sea. En reciprocidad por la tarea realizada, nos agradecen con cariño, se recibe un pago, o se culmina el periodo estudiantil con éxito.

Muchas de las grandes personalidades que conocemos como ilustres servidores en el mundo, tuvieron una infancia dura y cruel, quizá abandonados en un orfanato, o, difícilmente tuvieron la oportunidad de ir a la escuela, pero eso no fue impedimento para triunfar, porque supieron darle sentido a sus vidas y con su   mente limpia y brillante salieron adelante para dejar un legado digno de admirar.

Igualmente, encontramos otros célebres personajes que nacieron y vivieron entre la opulencia y la abundancia dejándonos grandes enseñanzas.

En cualquiera de éstos dos grupos permaneció la presencia de Dios. Así, en nuestras vidas, en la pobreza o en la riqueza, debe estar siempre la presencia de Dios. Al inicio de un nuevo día y al terminar la jornada. Dando gracias a Dios por lo que tenemos sin renegar por lo que carecemos, es un sincero pensamiento de nosotros hacia nuestro Creador.

Al ganar un premio de lotería, al triunfar en la vida, se necesita  humildad para continuar. De la arrogancia y prepotencia no queda nada bueno.

Con tantos tesoros intangibles a nuestra disposición y los bienes materiales que adquirimos a través de la vida por nuestro trabajo y nuestro esfuerzo, solo queda disfrutar la vida a plenitud, sin mirar el pasado, viviendo el presente, ignorando el futuro incierto.

“Antonio Cervantes Reyes, conocido como Kid Pambelé, una gloria del boxeo colombiano, nació en Palenque de San Basilio Departamento de Bolívar-Colombia. En un hogar humilde pasó su infancia en medio de la pobreza absoluta. Durante su adolescencia trabajaba por las calles de Cartagena brillando zapatos, y posteriormente, vendiendo cigarrillos de contrabando sin la posibilidad de asistir a una escuela.

A sus 19 años, Kid Pambelé comenzó a boxear animado por conseguir dinero. Un empresario venezolano Ramiro Machado le hizo un ofrecimiento que Pambelé tuvo que aceptar y se radicó en Caracas donde adelantó parte de su carrera boxística. Pambelé ganó el título mundial después de competir en 48 peleas; defendió su trono en diez ocasiones, durante tres años, pero en la undécima, perdió el título por varios puntos.

Un año después, Pambelé recuperó el título al vencer en Maracaibo a su contrincante. En ésta ocasión defendió su título en seis oportunidades durante otros tres años y lo volvió a perder en Cincinnati (Ohio).

Pambelé ganó mucho dinero. Gracias a sus gestiones logró para su pueblo natal, electricidad, acueducto y una carretera.

Alejado de Dios y estando en la cima, su vida la sirvió en bandeja, al tomar caminos equivocados, pues el dinero, la fama, el vicio, los escándalos y los malos  “amigos” lo derrumbaron”.

Una frase histórica y controversial que dijo Kid Pambelé estando en la cima: “ES MEJOR SER RICO QUE POBRE”… (Continua en la próxima edición)

Lilia M. Fiallo nacida en Bogotá, Colombia, lugar en el que, entre tareas y ratos libres, encontró un espacio para escribir sobre temas, de alguna manera olvidados por otros. Con letras de oro grabadas en su memoria, inició su vida laboral, en el corazón de la parte técnica, del control de tránsito aéreo de su país natal. En medio de fraseología y códigos aeronáuticos, el mundo de la aviación le dio una de las más elevadas experiencias, por la precisión que requiere este oficio, donde un solo error, podría costar muchas vidas. Es ahí, donde en su inquietud por comunicar sus ideas, comienza a escribir con dedicación, temas un poco relegados por la sociedad, la Iglesia y el Estado. Al descubrir una verdad de la que nadie quiere hablar, pero mucho más real y cotidiana, de lo que parece. Es así, como surge esta, su primera obra, “Parir por parir”. Puedes encontrar su libro en www.laovejitabooks.com/autora-lilia-m-fiallo/.