Leeeets Get Ready to Ruuuumble…quiero decir inductar!

 liiiistos para reeetuuumbar… quiero decir inductar!

Para tomar prestado un comentario de mi esposa, “Para un hombre que dice muy poco en el cuadrilátero, Michael Buffer puede ofrecer un discurso aceptable.”  No se han dicho palabras más verdaderas. De los seis seleccionados aun en vida al Salón Internacional de la Fama del Boxeo del 2012 (IBHOF por sus siglas en Ingles), el Sr. Buffer, sin duda, tomo el mando de la tarima. El Sr. Buffer compartió su largo y a menudo difícil viaje que lo ha llevado a este gran escenario y a esta ocasión. El Sr. Buffer dio un conmovedor relato de su fracaso inicial, cuando se le presentó por primera vez la oportunidad de presentar a los boxeadores, sólo para convertirse en la voz de mayor renombre del mundo del boxeo y de los locutores de los mejores cuadrilátero. El recuento del Sr. Buffer en cuanto a cómo el eslogan de su introducción del boxeo se convirtió en una marca, fue chistoso y fascinante. Él hizo una impresión extraña de Muhammad Ali, y acredita el haberle pedido prestada la frase “Let ‘s Get Ready to Rumble” (o liiiistos para reeetuuumbar en Español) de una de las entrevistas del Sr. Ali.

También le dio crédito a su hermano, Bruce Buffer, por haber colaborado con él para capturar la marca de su eslogan. Según el Sr. Buffer, nunca anticipó, ni soñaba con ser incluido en el IBHOF. Sin embargo, su nicho refinado para hacer del boxeo un evento espectacular para la ver es lo que cimentó su bien merecida inducción. Como fan del boxeo, es interesante saber cómo el eslogan del Sr. Buffer se ha transformado en lo que escuchamos hoy en día. Yo, por ejemplo, espero escuchar esa voz en pleno auge vociferar ese eslogan por muchos años.

No puedo recordar el momento en que los periódicos decidieron dejar de publicar columnas de boxeo, no columnas deportivas con todo incluido, pero las columnas estrictamente dedicadas a las últimas actualizaciones de un pelea y los combates futuros. Pero, yo recuerdo haber leído columnas de Michael Katz en el New York Times, y más tarde en el New York Daily News, cuando niño mientras crecía en Brooklyn. Las columnas del Sr. Katz eran, para usar una metáfora de boxeo, “pulled no punches” (no habla paja en Español). Él siempre dijo las cosas como son. Yo lo comparo con el no oficial “scawcod” del analista de HBO, Harold Lederman. Eso es tarjeta de puntuación, para aquellos que no hablan Brooklynese, pero estoy divagando. El Sr. Katz también dio un discurso de aceptación histórico, lleno de las anécdotas más ingeniosas, en la medida en que su discurso podría haber sido confundido con un estimuló. Eso es un elogio a la capacidad del Sr. Katz para elaborar un discurso de inducción bien pensado y preparado. La inducción del Sr. Katz en el IBHOF es un testimonio de que el periodismo, de que el escribir sobre el boxeo puede ganarte ese codiciado cuadrilátero. Él también expresó su sorpresa y admiración por el cuadrilátero.

Cuando pienso acerca de los comentaristas de boxeo, de inmediato recuerdo la voz de Howard Cosell, Gil Clancy, Tim Ryan, Ferdie Pacheco, Steve Albert, Jim Lampley, Larry Merchant, y Al Bernstein. Este último, que era también uno de los homenajeados del IBHOF del 2012, es indiscutiblemente uno de los mejores del boxeo. De ESPN hasta Showtime, el Sr. Bernstein ha demostrado que ha llenado los zapatos de su mentor, Don Dunphy, y llegado un poco más allá. En la actualidad, los comentario de boxeo del Sr. Bernstein son insuperables. Al igual que un boxeador humilde, el es completamente objetivo, en un deporte que muchas veces grita por un poco de subjetividad. Si yo tuviera una cosa honorable que decir acerca de Bernstein, es que él siempre ha defendido la norma periodística de llamar a una pelea sin el menor atisbo de favoritismo hacia un boxeador contra el otro. Bernstein, al igual que los dos antes mencionados indultados en el Salón de la Fama, nunca anticipó tener su foto y biografía colgando junto a su mentor, Don Dunphy. Sin embargo, ahí cuelga su placa. Y a causa de su amor y respeto por el deporte, su integridad periodística, su voz suave como la seda que podrías reconocer con los ojos cerrados, y su no-absurdo planteamiento de llamar una pelea, le asegurará de que su placa este colgada allí por toda una vida.

Ningún discurso más emocional podría haber venido de un boxeador retirado como el de Mark “Too Sharp” Johnson en el día que recibió su inducción al IBHOF y el cuadrilátero. Claro, el Sr. Johnson cautivó al público con su capacidad de boxeo increíble, pero también es una maravilla histórica. Dominando las clases de peso llenas de asiáticos e hispanos, el Sr. Johnson fue el primer hombre Negro en ganar campeonatos en las divisiones de peso mosca y júnior. Con razón, se jactó acerca de estos logros durante su discurso de aceptación, pero sobre todo cautivó a los aficionados con sus gritos y con los ojos llorosos proclamando “lo hice. Lo hice.” De hecho, lo hizo.

En mi opinión, Freddie Roach, podría haber llegado al IBHOF con solo su historia del boxeo. En su lugar, fue incluido como un no-participante, por haber sido entrenador de boxeo del año, durante cinco años consecutivos. Un hombre de pocas palabras, el Sr. Roach le dio crédito a su “mentor e ídolo”, y su compañero indultado del IBHOF, el difunto y legendario, Eddie Futch. El Sr. Futch entrenó al Sr. Roach como un boxeador, y lo ayudo a comenzar como un entrenador de boxeo también. Baste decir, que la tutela de Roach en el marco del Sr. Futch ha pagado grandes dividendos. El Sr. Roach está actualmente entrenando a boxeadores como los elites del boxeo Amir Khan, Julio César Chávez Jr., y el reconocido mundialmente, Manny Pacquiao. Irónicamente, el discurso de aceptación del Sr. Roach fue veintinueve minutos más corto que el del Señor Buffer, un solo minuto de duración.

El nombre más conocido para ser incluido en la clase de este año del Salón de la Fama, Thomas “Hitman” y el “Motor City Cobra” Hearns, recibió una ovación de pie en estas festividades de inducción que duro cuatro días. La inducción del Sr. Hearns tenia que haberse hecho hace mucho tiempo. Después de todo, sus peleas más memorables que vinieron contra Marvelous Marvin Hagler y Sugar Ray Leonard, fueron inducidas en el 1993 y el 1997, respectivamente. El Sr. Hearns, bajo la formación del famoso compañero, Emanuel Steward, acumuló un récord de boxeo increíble, lleno de sesenta y siete victorias y cuarenta y ocho nocauts. El nombre de “Tommy” en el boxeo siempre evocará el nombre del Sr. Hearns. Así de grande era el señor Hearns como boxeador, y la huella indeleble que dejó en el deporte. El discurso del Sr. Hearns fue breve, pero él lo resumió mejor para sus fans, diciendo: “Es hermoso verlos a todos ustedes aquí hoy como espectadores de cuando yo y todos los demás llegamos al Salón de la Fama. Les doy las gracias por estar aquí”.

En el día de la inducción, hubo un momento de extrema ligereza e incomodidad cuando el previo indultado al Salón de la Fama, Carlos Ortiz, aceptó la inducción en nombre de Cocoa Kid, un compañero de Puerto Rico. Ortiz fue demasiado sincero en decir que él fue llamado para aceptar el honor en nombre de Cocoa Kid, pero nunca había oído hablar de el. Tengo que admitir que me reí hasta que lloré.

Mi primera ceremonia de inducción será probablemente mi más memorable. Por supuesto, no será la última. Hice una amistad increíbles con antes indultado al Salón de la Fama y árbitro Joe Cortez, autor del próximo libro. El futuro del boxeo, Alexandre Choko, y muchos otros fanáticos. Mi esposa tuvo la oportunidad de coquetear con Antonio Tarver. Tengo un autógrafo para mi hijo de ocho años de su boxeador favorito, el “irlandés” Micky Ward, y tuve la oportunidad de ver una exhibición de Sugar Ray Leonard, de cerca y personalmente, aunque a los cincuenta y seis años de edad. Sin embargo, nada podría haber resumido los cuatro días de festividades de inducción que la siguiente declaración:

“Este Salón de la Fama se debe fundamentalmente a los grandes boxeadores que se ven en esta etapa.” “Está construido para ellos. Es su casa. Este Salón de la Fama es muy generoso en la forma en que da la bienvenida a aquellos de nosotros que llenan otras funciones en el boxeo. Yo lo tomo como un honor supremo que se me permite ser parte de este lugar que es tan especial.’ … Al Bernstein

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