Republica Dominicana, Haití, y el Espejo

 Cada vez que mire en un espejo, ¿qué vemos? Podemos ver un reflejo de nosotros mismos, pero no sólo físico sino también una reflexión mental y cultural. Mental y cultural en el sentido de que la imagen que vemos no sólo representa nuestra cultura, sino también nuestra mente, porque es los espejos que nos permite estar cara a cara con nosotros mismos. Por qué es que después de que hayamos hecho un acto que es una vergüenza para nosotros, algunos no pueden ver su reflejo por la realidad que ven en el espejo. Un espejo nos puede permitir ver una verdad que podemos cegarnos con fuerza en el mundo real.  

Ahora, cuando miro en el espejo veo un joven Dominicano que se encuentra en un estado de conflicto en cuanto a su identidad, de la misma manera que todo el país de la República Dominicana se ciega a la realidad de su propia identidad. El pueblo rechaza su ascendencia africana no sólo físicamente sino mentalmente, así, esto se puede ver en el modo en que tratamos a nuestros hermanos y hermanas, en el oeste, la primera república negra en el Nuevo Mundo, Haití.  Ahora, hace dos años una ley fue creada por el Tribunal Constitucional, un tribunal creado en el año 2010 que sirve para interpretar la constitución y aprobar leyes en base a su interpretación, ahora la ley se llama TC 168/13. La ley le roba la nacionalidad de las personas con ascendencia haitiana de 1929-2010; debido a la ley, más de 200,000 personas no tienen la nacionalidad y no tienen a donde ir, porque todo lo que han conocido es el país en el que viven, República Dominicana. 

Ahora bien, por qué me interesa una ley que fue creada hace dos años, porque aún es relevante y es una representación de cómo tratamos a nuestros hermanos y hermanas, en el oeste. Nuestro tratamiento de los haitianos como ciudadanos de segunda clase es el mismo que mirarse a un espejo y romperlo con nuestras propias manos, porque nosotros, como una comunidad no puede llegar a un acuerdo con la verdad que se refleja en el espejo. Los Dominicanos y los haitianos son los mismos, que han sido colonizados por una potencia Europea, la población indígena fue diezmada, el cristianismo se vio obligado por las gargantas, los esclavos fueron transportados a nuestras tierras, y ambos hemos sufrido crueles dictadores. No sólo compartimos una historia sino que también compartimos una casa, si hay un terremoto en Haití sentimos su efecto, y si hay un huracán en la República Dominicana, Haití lo siente tambien. Así que la ley TC 168/13 y nuestra relación social hacia los haitianos dominicanos cometiendo un acto de auto-opresión, odio, e incluso la auto-destrucción.

Ahora crees que todos los dominicanos odiamos a los haitianos..? Por supuesto que no, el propósito de esto es para dar una observación hacia la relación hacia la relación simbiótica de los dominicanos y los haitianos. Nosotros, como una comunidad necesitamos abrazar nuestra herencia africana y entender que así también esto es parte de nuestra identidad y nuestra historia. Nuestra renuencia a aceptar la realidad que se presenta en ese espejo es a causa del miedo, es ridículo que todavía nos infunden el temor en la negrura que le inculcamos a nuestros hijos; repitiendo la idea de “haz avanzar la raza”, que es la de casarse con alguien que tiene la piel más ligera, de forma que la siguiente generación tiene la piel clara. Eso no avance la raza, solo sierra las persianas a nuestro pasado.

Debemos aprender a aceptar la realidad que el espejo nos ofrece, que, a pesar de que hay una frontera entre nosotros, vivimos en la misma casa y debemos aceptar nuestros hermanos y hermanas del ala oeste de una de sus magníficas casas en el Caribe. Con el fin de que debemos aprender a aceptar la imagen de un espejo que hemos roto y reparar pieza por pieza, empezando por nuestra ridícula ley, TC 168/13.

Acerca del Autor

Mi nombre es David Alfredo Paulino. Tengo veintiún años de edad y estoy actualmente estoy estudiando en SUNY Cortland. Mi mayor es Estudios Internacionales con un concentración en Sistema Político Global y mis concentración secundarias son Antropología , Estudios de Latino América, Asia, y el Medio Oeste. Después que termine mi bachillerato en la primavera del 2015, deseo tomarme un receso de un año mientras continuo contribuyendo a CNY Latino. Después de ese año, voy a unirme al  Peace Corps esperando servir en algún país en Latino América. Una vez que termine mi servicio en el Peace Corps, voy a continuar con mis estudios post graduados para obtener mi Maestría, lo mas seguro es que vaya a la Universidad de la Paz en Costa Rica, la cual es una Escuela Sucursal delos Estados Unidos.

Nací en Manhattan, NYC, pero vivo en el Bronx con mi mamá, mi pequeña hermana y mi padrastro. Aunque nací aquí, las mayores de mis mas profundas memorias vienen de mis visitas frecuentes a la Republica Dominicana, y siempre estando allí. Yo aun me quede allí por todo un año debido a mis frecuentes idas y vueltas. Me críe amando esa atmósfera y a veces la añoro mas que la misma ciudad de NY.

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