Hasta que la muerte los vuelva a juntar

“Salpicón de ideas”

por Pablo Alvarez

Para mucha gente el mes de febrero, por diferentes razones, es muy significativo. Por ejemplo: para los enamorados, en este mes se festeja el día de San Valentín; para los fanáticos de football, se juega el Super Bowl; para la comunidad china, se festeja el año nuevo; y así un sin número de fechas celebratorias de variada relevancia que van desde el día del presidente hasta el día nacional de tomar vino. Pero este año, debido a las fatalidades del Coronavirus, San Valentín será muy diferente. Cientos de miles de personas se tendrán que resignar a dejar de celebrar ese día sabiendo que no hay vacuna que les devuelva a sus seres queridos. Por eso, la famosa frase “hasta que la muerte nos separe”, ahora me suena más a sentencia que a juramento de amor. La verdad es que nunca la terminé de comprender. Quizás porque en la iglesia de mi barrio, donde durante mi niñez pasé interminables horas estudiando la biblia hasta hacerme ateo; describían el paraíso como un lugar donde nos reuniríamos con nuestros muertos queridos. Pero por supuesto, solamente cumpliendo un montón de requisitos imposibles para mí, como portarme SIEMPRE bien. Aclaro que yo no era un niño malo, pero tampoco un angelito. Era sólo un niño que, como la mayoría, a veces me peleaba en la escuela o le mentía a la maestra cuando me olvidaba de hacer la tarea. Pero para mí, con eso bastaba para que la migra celestial me prohibiera la entrada al edén.

Pero mi condición de ateo nunca me quitó la ilusión de algún tipo de existencia más allá de la muerte; especialmente cuando mi padre murió (lo que técnicamente me hace agnóstico). Es que no puedo creer que una persona tan buena como él, sólo deje de existir y se transforme en cenizas, en polvo… en nada. Tampoco me lo imagino tocando el arpa desde una nube aburriéndose por una eternidad. Tiene que haber algo entre medio. Yo tengo fe (si se me permite usar esa palabra) que su energía debe estar en algún lado esperando a mi mamá para volver a festejar San Valentín. Esperándola, hasta que la muerte los vuelva a juntar.

Mi nombre es Pablo Álvarez y tengo el privilegio de unirme a la familia de escritores del periódico CNY Latino en el mes de enero 2021. Mi columna tratará de reflejar el mismo grado de diversidad que mi formación académica, por eso decidí llamarla “Salpicón de ideas”. Abordaré temas de la actualidad con un enfoque diverso, y espero también interesante para nuestra comunidad. Aunque suene un poco raro, les propongo una relación más o menos abierta. Digamos que no les prometo ser exclusivo, ya que también escribo ficción, pero les aseguro fielmente dar lo mejor de mí en estas citas mensuales. Espero que hagan lo mismo. Lean lo más que puedan, ya que el conocimiento no ocupa espacio, pero traten de volver todos los meses a este rincón del periódico CNY Latino para seguir cosechando esta amistad.

 

 

 

 

 

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