Las Conmociones Cerebrales: una Epidemia Oculta
Muchos atletas saben lo que es recibir un golpe en la cabeza durante un juego deportivo, sentirse aturdido, encogerse de hombros y volver al juego. Desafortunadamente, los estudios muestran que muchos de esos golpes resultan en una conmoción cerebral, una lesión cerebral traumática leve que puede tener consecuencias a corto o largo plazo en el rendimiento académico, la salud emocional y el comportamiento. Aunque todavía no se sabe exactamente lo que ocurre en el cerebro durante una conmoción cerebral, es importante tomar medidas para prevenirlas y saber reconocer los síntomas, especialmente en los jóvenes, quienes son particularmente vulnerables a sus consecuencias en la salud a largo plazo.
Aproximadamente 1.6 – 3.8 millones de conmociones cerebrales ocurren en deportes competitivos cada año en los EE.UU. Un estudio patrocinado por el Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) encontró que la mayoría de las conmociones cerebrales en los jóvenes de 5 a 18 años de edad ocurren en deportes de contacto, como el fútbol americano, el baloncesto y el fútbol. Casi la mitad suceden sin que los entrenadores ni los jugadores se den cuenta de los hechos. Las conmociones cerebrales son más propensas a ser detectadas en las niñas que en los niños, posiblemente porque las niñas son generalmente más propensas a reportar sus lesiones.
Los síntomas físicos más comunes de una conmoción cerebral incluyen dolor de cabeza, náuseas, vómitos, problemas de equilibrio, cambios en la visión, fatiga y sensibilidad a la luz o al ruido. Los cambios mentales después de una conmoción cerebral pueden incluir confusión o un sentimiento de estar mentalmente “lento”, dificultad para concentrarse o mantener una conversación, o pérdida de la memoria. Algunos niños y adolescentes pueden tener más dificultades para aprender en la escuela que antes del impacto en la cabeza, que puede traducirse en una disminución en el rendimiento académico. La ansiedad, la depresión o la irritabilidad son también síntomas comunes de una conmoción cerebral y pueden ir acompañados por cambios en los hábitos del sueño.
Cualquier niño o adolescente que experimenta un cambio en la función mental después de un golpe en la cabeza debe ser evaluado por un profesional médico, aun cuando no haya perdido el conocimiento después de la lesión. Un médico evaluará al niño por problemas neurológicos y oftalmológicos, examinará la cabeza del niño y determinará si necesita más pruebas.
La Ley del Estado de Nueva York Sobre las Conmociones Cerebrales fue diseñada por profesionales de salud y responsables de las políticas para proteger a los jóvenes deportistas de las conmociones cerebrales y reducir los efectos nocivos para la salud. De acuerdo a la Ley, los jóvenes diagnosticados con una conmoción cerebral deben abstenerse de toda actividad física inmediatamente y no volver a los deportes hasta que hayan recibido autorización escrita y firmada por un médico. El primer paso en el proceso de recuperación y retorno a los deportes es tomar un descanso físico y mental, por lo general durante 7-10 días, hasta estar libre de síntomas por 24 horas sin el uso de medicamentos. Una vez que haya logrado llegar a ese punto, un médico podrá guiar al joven en su regreso paulatino al deporte siguiendo el Protocolo de Regreso al Juego, que es un protocolo de cinco pasos diseñado por expertos internacionales en la salud y el deporte. El Protocolo permite a los atletas hacer ejercicio progresivamente más vigoroso hasta que puedan volver a participar en los deportes sin restricciones. Los pasos en el Protocolo están indicados aquí:
1. Actividades aeróbicas suaves que incrementan la frecuencia cardiaca levemente (ej. caminar por 5-10 minutos; no saltar, correr, ni levantar pesas)
2. Actividades que incrementan la frecuencia cardiaca e incorporan movimientos leves de la cabeza y/o el cuerpo (ej. trotar o levantar pesas de intensidad moderada)
3 Ejercicios de entrenamiento de alta intensidad sin contacto físico (ej. atletismo o bicicleta estática de alta intensidad, levantamiento de pesas de intensidad rutinaria para el individuo convaleciente)
4. Reintegración del individuo a sesiones de práctica, aún con contacto físico, en deportes donde sea apropiado
5. Regreso al juego sin restricciones médicas
Seguir las recomendaciones de un médico puede acelerar la recuperación de un atleta e inclusive ayudar a prevenir peores lesiones en el futuro. Los niños y adolescentes que han sufrido una conmoción cerebral son cuatro veces más propensos a experimentar una segunda y más grave conmoción cerebral, incluso con un golpe suave en la cabeza, si regresan a los deportes antes de lograr una total convalecencia. Los jóvenes que tienen múltiples conmociones cerebrales pueden desarrollar graves complicaciones o incluso discapacidades más tarde en la vida, tales como la depresión y la dificultad para comprender o recordar información, por lo que la prevención de las conmociones cerebrales es una inversión valiosa para la salud.
Es importante tener en cuenta que ningún implemento de protección atlética, incluso los cascos adecuadamente usados, es 100% efectivo para prevenir las conmociones cerebrales. La medida más efectiva para que los atletas y entrenadores eviten las conmociones cerebrales es seguir las reglas del deporte y evitar golpes innecesarios en la cabeza. Para obtener más información acerca de la prevención y el tratamiento de las conmociones cerebrales, hable con un médico, y comparta esta información con los jóvenes que conoce, para ayudarles a proteger su salud!
Referencias:
1. Lincoln AE, Caswell SV, Almquist JL, Dunn RE, Norris JB, and Hinton RY. Trends in Concussion Incidence in High School Sports: A Prospective 11-Year Study. Am J Sports Med 2011; 39: 958.
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5. Zemeck RL, Farion KJ, Sampson M, and McGahern C. Prognosticators of persistent symptoms following pediatric concussion: a systematic review. JAMA Pediatrics 2013 March; 167 (3): 259-65.
Beatrix Traa es de Washington, DC, y es una estudiante de medicina de segundo año en la Universidad de Rochester Facultad de Medicina y Odontología. Ella planea seguir una carrera en pediatría y es presidenta de la subsede de la Asociación de Estudiantes de Medicina Latinos (Latino Medical Student Association en Ingles) en la Universidad de Rochester, una organización nacional cuya misión es educar y abogar por las necesidades de salud de la comunidad latina. Los miembros de LMSA, incluyéndola a ella, contribuyen al periódico CNY Latino y levantan consciencia acerca de problemas que afectan a la salud de los Latinos de Central NY y mas allá.