“Una Familia Latina de la Ciudad de los Lagos”
Janette Rodríguez nació y se crió en Villalba, Puerto Rico. Dominico Rivera nació en el Bronx y creció en Villalba. Se conocieron allí y formaron una familia … Villalba se conoce como “La Ciudad del Gandul” (pigeon pea city) y “La Ciudad de los Lagos” (city of lakes). Hermosos “Lagos” y Janette orgullosamente comparte conmigo las fotos de sus hermanas y otros miembros de la familia gozando en uno de los lagos. Van allí todo el tiempo. Villalba se encuentra en la región central, al noreste de Juana Díaz; al sur de Orocovis; y al oeste de Coamo. “Crecí en el campo. Siempre anhelamos de volver pero nuestros cuatro varones se casarón y formaron familias aquí en Syracuse y ahora tenemos nueve hermosos nietos. Nuestras raíces son más profundas aquí”, dice Janette.
Dominico estaba trabajando como guardia penal en Puerto Rico, pero el ingreso no era suficiente para su familia. Ya tenían tres niños cuando Janette decide irse al Bronx. Axel, Arnaldo, Alex y Janette se mudaron al Bronx en Abril de 1985, Dominico pronto se unió a ellos. Estuvieron allí sólo tres meses. Tenían que caminar mucho con el fin de llevar a los niños a los parques. No les gusto el “trajín” en el que las personas viven en la ciudad de Nueva York. Así que tan pronto como Axel termino en el jardín de infancia tomaron el tren a Syracuse. Eso fue en Junio de 1985, una de las hermanas Janette ya estaba viviendo en Syracuse. En Noviembre de 1986 se regresaron de nuevo a Villalba. Para entonces ya tenían cuarto hijos, estaban esperando que las cosas estuvieran mejor. A ellos les gusta su ciudad y estar cerca de la familia. Sin embargo, la economía seguía siendo tan mala que Dominico todavía no podría traer ingresos suficientes para mantener a la familia más grande. Volvieron a Syracuse en Agosto de 1988 y se quedaron con la hermana de Janette.
Encontraron una casa para alquilarla localizada en un callejón sin salida del Westside de Syracuse. Veintiocho años más tarde y tres propietarios, todavía están en la misma casa. Janette le encantó porque los niños podían jugar al aire libre. Ellos nunca quisieron comprar una casa, ya que siempre añoraban el regresar a Puerto Rico. Los dos hijos mayores empezaron la escuela en HW Smith en el Eastside porque necesitaban el programa de ESL. Cuando los otros cuatro estaban listos para la escuela asistieron a las escuelas en la zona oeste. “Papo y Jenny” como muchas personas le llaman cariñosamente, estaban muy orgullosos de sus raíces Puertorriqueñas. Ellos querían que sus hijos no se olvidaran de su lengua materna y su cultura. Corrían la casa como si estuvieran en Villalba lo cual significaba que la comida, las reglas, la música y las cosas que ellos hacían reflejan ese ambiente. También significaba que a los niños no se les permitió estar fuera demasiado tarde, ir a dormir fuera de casa y jugar afuera más allá de su callejón sin salida. Eso no impidió a sus hijos de tener amigos. Jenny recuerda haber tenido la casa siempre llena de niños. Papo y Jenny lo preferían así pues sabían lo que los niños estaban haciendo y en lo que se metían todo el tiempo. “Teníamos reglas y se esperaba que todo el mundo las siguiera”, dice Jenny. A pesar de que la casa era pequeña y riñas ocurrían entre los niños, no se les permitió pelear. Jenny decía “Basta Ya” (eso es suficiente) y los niños se detenían.
Una parte del éxito en la crianza de sus hijos es que Papo y Jenny apoyan la decisión que el otro tomaba, incluso cuando no estaban de acuerdo. Ellos nunca se contradicen entre sí frente a los niños y nunca se permite el uso de un lenguaje grosero o decir malas palabras. Si los niños le pedían permiso a Papo para hacer algo, el les decía a ellos primero “Que dijo tu madre”. Bueno, Si dijo no pues es “No”.
Papo trabajó durante 16 años en Zebart. Recibieron asistencia pública, ya que todavía no era suficiente para mantener a todo el mundo. Jenny se quedó en la casa para cuidar de los niños. Eso le permitió estar involucrados en sus escuelas, especialmente en la escuela de las niñas. Siendo las dos hembras más jóvenes y, ambos padres sintieron que era mejor si Jenny fuera voluntaria en sus escuela. También sirvieron en la junta del Radio Nosotros por 10 años y según se aclimatados a las cosas que sucedían alrededor de su comunidad, ellos participan. Papo y Jenny no iba a ninguna parte sin sus hijos. Todo lo que hacían era en familia, juntos. En pocas ocasiones y sólo cuando la madre de Jenny estaba con ellos, iban a un evento sin los niños.
Los niños hicieron bien en la escuela y nunca se metieron en problemas. Los niños estaban en los deportes y las nenas estaban muy centradas en la escuela y en estar en casa. Jenny orgullosa menciona que Anette, la mayor fue “Valedictorian” y Ashley, la más joven fue “Salutatorian” en sus respectivas graduaciones de la escuela secundaria. Los dos hijos mayores se graduaron de la Escuela Secundaria Fowler y los cuatro más joven de Corcoran.
Jenny estaba siempre en casa para los niños. “Siempre estaban prestando atención a lo que estaban haciendo. Si alguien que nos conoce veía a nuestros hijos en algún lugar, nos llamaban para informarnos y si no se suponía que los niños estuvieran allí, íbamos por ellos y los sacábamos de allí”, dice Papo. Uno de los valores más importantes Papo y Jenny pensaban ellos es conseguir siempre juntos y pasar tiempo con los demás, estar ahí para el otro.
Jenny dice, les dije a mis hijos “Decida lo que decida, voy a ayudarte. Voy a apoyarte, pero tienes que trabajar, hacer algo de dinero, organizarte y mudarte”. Papo dice, “Les enseñamos responsabilidad”. Al igual que cualquier orgulloso Puertorriqueño diría; “Sí se Caso, amárrese el cinturón y a criar su familia”. Papo y Jenny ambos se sienten orgullosos de que sus hijos están haciendo bien y ninguno de ellos necesitan recibir asistencia publica.
Mis padres corrían “el hogar con mano firme”, dice Alex el tercero de sus hijos. Mami era la “mano dura” en casa. Alex que trabaja en comunicación y sistemas informáticos para Meridian IT recuerda que cuando eran jóvenes tenían muchos amigos, jugaban deportes en frente de su casa. Él dice: “Mis hijos viven en Liverpool, cuando era niño estaba siempre afuera. Yo quiero eso para mis hijos. Quiero que ellos experimenten y que no estén atrapados en la casa todo el tiempo con la tecnología y aparatos eléctricos.” Alex también recuerda que sus padres siempre se aseguraron que nos les faltara nada, que tuvieran ropas, estuvieran bien alimentados y que siempre hubiera comida en la casa. Él sonríe, “todavía Llegamos a casa y vamos directamente a la lacena a buscar golosinas”.
Ashley la más joven siempre ha estado enfocada en lo académico y ha trabajado desde que tenía 14 años de edad. Ella ha sido muy estructurada y centrada en sus objetivos. Ella cree que ella tiene muy buenos amigos. Ella completó una licenciatura en Ciencias de Utica College. Para Ashley las cosas en la comunidad cambiaron a lo largo de los años, pero ella cree que usted tiene que dar el respeto con el fin de recibir respeto y lo demuestra cuando habían unos niños que estaban traveseando con la van de sus padres y ella fue a ellos respetuosamente y consiguió que pararan. A Ashley siempre le ha gustado trabajar con los jóvenes y se siente bien compartir con ellos que todo es posible, que no hay meta demasiado grande. Ella coordina un programa de lectura para Syracuse 20/20 titulado “Book Bodies” en la escuela Seymour. “La familia siempre es primero, no nos permitimos que nos falte nada. Siempre nos ayudamos los unos a los otros. Nos quedamos dentro de la familia para hacer las cosas, incluso las pequeñas cosas como el cuidado de los niños esas son cosas grandes en retrospectiva” orgullosamente nos comparte Ashley sobre su familia.
CONTINUA EN LA EDICIÓN DE SEPTIEMBRE…