¡Es mejor ser Rico que Pobre! – Parte II
Un Momento de Reflexión
porLilia M. Fiallo
Podemos seguir enumerando una serie de personajes que han perdido la cordura, la sencillez y la serenidad ante la fama, la riqueza y el poder, porque de su mente desaparece la humildad y nace la prepotencia, haciendo alarde de lo que tienen, lejos de imaginar una caída.
Ante la abundancia y la opulencia del cuarto de hora, olvidan los esfuerzos y las grandes necesidades vividas tiempo atrás para darle paso a lo desconocido con un deseo infinito por nuevas experiencias.
No analizan que la maldad está a la orden del día porque la euforia por la fama y el dinero, no los deja pensar y sin mirar hacia adelante continúan. Es ahí donde llegan muchos amigos inesperados.
Con tantos sentimientos encontrados Pambelé perdió el control de su vida y permitió que amigos de ocasión lo utilizaran en los momentos de gloria para aprovecharse y derribarlo. Es así como en la adversidad todos esos desconocidos que fingieron ser amigos del boxeador, desaparecieron como por obra de magia.
Pambelé siempre vio aquellos desconocidos que formaron parte de su derrota como maravillosas personas que se acercaron a su vida. Jamás fueron sus amigos, pues lo único que buscaban era su compañía para disfrutar de su dinero y así lo consiguieron.
El trago, la droga y los amigos de ocasión fueron el cóctel perfecto para su caída mientras creía que la abundancia, la opulencia y la gloria eran eternas; nunca pensó en seleccionar sus amistades, ni mucho menos, en ahorrar para el futuro.
En el mundo actual en que vivimos, conocemos casos dolorosos cometidos sin la más mínima consideración y nunca pensamos que a nosotros nos puede pasar. Estas lecciones son grandes enseñanzas y nos invitan a valorar lo que con tanto trabajo conseguimos para cuidarlo con celo.
Con los ojos abiertos y los oídos despiertos podemos percibir la envidia y los sentimientos malsanos de personas que asechan y están por ahí, como la hierba mala que crece en la pradera, por lo que debemos estar atentos para erradicarla y disfrutar en paz y con tranquilidad los logros obtenidos a través de la vida.
El tiempo no se detiene, ni tampoco regresa pero si cobra con creces los errores.
Lilia M. Fiallo nacida en Bogotá, Colombia, lugar en el que, entre tareas y ratos libres, encontró un espacio para escribir sobre temas, de alguna manera olvidados por otros. Con letras de oro grabadas en su memoria, inició su vida laboral, en el corazón de la parte técnica, del control de tránsito aéreo de su país natal. En medio de fraseología y códigos aeronáuticos, el mundo de la aviación le dio una de las más elevadas experiencias, por la precisión que requiere este oficio, donde un solo error, podría costar muchas vidas. Es ahí, donde en su inquietud por comunicar sus ideas, comienza a escribir con dedicación, temas un poco relegados por la sociedad, la Iglesia y el Estado. Al descubrir una verdad de la que nadie quiere hablar, pero mucho más real y cotidiana, de lo que parece. Es así, como surge esta, su primera obra, “Parir por parir”. Puedes encontrar su libro en www.laovejitabooks.com/autora-lilia-m-fiallo/