Buscando nuestros orígenes
por Ana María Ruimonte
Traducido al Inglés por Alan Lewine
“Las civilizaciones evolucionan, pero nunca mueren. Son nuestras raíces”. Juan Ramón Jiménez.
Soprano meets Bass: Tesoros Sefardies
Alan Lewine y yo formamos Soprano Meets Bass para buscar nuestros orígenes en el pasado y darles vida a través de la música. Cayó en nuestras manos el “Romancero Sefardí de Oriente” con canciones en ladino. Tras la expulsión de los judíos en 1492, sus canciones habían llegado a rincones insospechados, perdurando en el tiempo a través de la tradición oral y de madres a hijas.
Seleccionamos las más representativas, y juntos realizamos los arreglos respetando texto y melodías.
Algunas de estas canciones yo me las imaginaba ambientadas en la cotidianidad de un pueblo pequeño de Castilla, con mujeres vestidas en negro y con un pañuelo en la cabeza y lazo bajo su barbilla, algo desarregladas, viviendo entre gallinas y ovejas, ordeñando las cabras, vendiendo los huevos y la leche, o bien cosiendo por las tardes sentadas a la puerta de sus casas en sillas de mimbre y madera mientras charlaban de todo. Mujeres analfabetas que, sin embargo, mantenían una sabiduría popular y una curiosidad por todo lo nuevo y diferente. Mujeres que cantaban, con voces agudas y penetrantes, casi a gritos, por un camino empedrado al ir por agua a la fuente, o mientras lavaban o cosían, y cuyos ecos traspasaban ventanas y puertas… la voz radiada del momento. Y también me imaginaba a los hombres que cantaban entre dientes realizando escalas rápidas, trinos y dibujos melódicos interminables, mientras pasaban caminando con un garrote en la mano que golpeaban a su paso, mientras pastoreaban o llevaban los burros cargados del campo, o labraban las tierras… Hombres que trabajaban en los campos desde el amanecer y calzaban alpargatas de esparto llevando una gorra, que se sentaban a descansar bajo la sombra de una encina o que se reunían para tomar unos chatos en el bar del pueblo…
Pero muchas de esas canciones nos hablan también de un mundo diferente y refinado en el pasado, en una pequeña ciudad o en el campo, dentro o al pie del castillo o de la casa, donde la reina o la señora se encontraba sola la mayor parte del día, en un mundo elegante y algo aristocrático de tipo medieval.
Guerras, asesinatos, raptos, engaños, mujeres perversas, niños inocentes, hombres poderosos… el agua de la fuente o la que hierve en el puchero de la cocina, el agua del río que lleva peces y a veces también oro, el agua de lavar ropas de lana o seda, o de mala calidad… las casas y palacios, los anillos indicativos de riqueza y de matrimonio, los bebés, los maridos, los bordados, los animales domésticos como perros y gatos, las palomas y caballos, los gavilanes para la caza, la tierra polvorienta… Todo nos habla del medievo.
Hace 3 años nos lanzamos a la aventura de la grabación en un estudio en Brooklyn con Julián Vaquero, Shai Wetzer, Duane Eubanks, Alicia Svigals, Hadar Noiberg y Chano Domínguez. Completamos el proyecto en España con Víctor Monge y en Israel, con Yonnie Dror. Y así nació Sephardic Treasures. En él, todos los músicos contribuyen con gran variedad de estilos de jazz, flamenco, medio oriente, y sonidos de la naturaleza, mientras que el bel canto mantiene intactos los ritmos y melodías del momento.
En los romances distinguí a varios personajes y con mi voz, les doté de carácter propio. El rey, unas veces furioso, otras triste; la reina infiel, bella y a la vez ingenua; el amante, con los pies en la tierra; el niño chivato casi fantasmagórico y su madre, malvada; la bella mora cautiva y el joven decidido que la rescata para descubrir finalmente que es su propio hermano; la bella Jimena que es una mujer castellana con carácter que llama “pan al pan y vino al vino” y que reclama justicia nada más ni nada menos que al propio rey. Y aquella hija guerrera que acompaña a su padre a la guerra de Aragón y acaba venciéndola pues el enemigo de su padre resultó ser el amor de su vida… Con el coraje suficiente, fidelidad y compromiso, el amor hará justicia y se alcanzará la paz.
Con la trompeta de Duane Eubanks nos desplazamos desde Sevilla al club de jazz Birdland de Nueva York; la guitarra flamenca de Julián nos sitúa en La Alhambra de Granada; con la percusión de Víctor Monge aparecemos en los olivares andaluces y podemos hasta oler el aire que nos rodea, y con el también percusionista Shai Wetzer cabalgamos en los campos árabes, mientras que la flauta de Hadar Noiberg nos hipnotiza. El shofar o cuerno de Yonnie Dror nos pone en contacto comunicador con nuestro profundo instinto animal; el piano de Chano Domínguez nos anuncia la algarabía del castillo; el violín de Alicia Svigals nos trae la música country americana y la fantasía de las brujas transformadas en pájaros verdes; y todo camina con el soporte de Alan Lewine al contrabajo que nos marca el carácter de cada pieza y la dirección llevándonos de un lado a otro, del medievo a nuestros días y, viceversa… En Sephardic Treasures la música nos transporta en el tiempo y en el espacio y nos descubre que somos una mezcla de todo, y a la vez, un todo que es propiamente de cada uno.
Sobre la autora: Ana María Ruimonte ha contribuido como columnista desde el 2015 al periódico CNY Latino. Ella es una cantante lírica española nacionalizada estadounidense especializada teatro lírico, que ha grabado los discos en Cuba y Estados Unidos titulados “Rosas para Lecuona”, “Con Rodrigo en Cuba”, “Sencillamente Martí”, “Arded, Corazón, Arded” and “Alma y Vida de Mujer”. Actualmente reside en Phoenix y nos comparte su más reciente CD por Ansonica Records. Puede contactar a Ana Maria yendo a www.ruimonte.sitehappy.com o a www.owlsong.com