Resulta que Fui a Una Corrida de Toros

por Rob English

Una tarde de verano en Syracuse, estaba arreglando mi viejo auto con un buen amigo cuando me dijo: “Hombre, pronto este auto estará tan agotado que no podremos arreglarlo, ¡que veamos hasta dónde podemos conducirlo antes de que muera!” Dos semanas después llegamos a Ciudad México. En ese auto. Teníamos veintidós años.

En nuestra primera tarde en la ciudad fuimos a buscar dos cosas: hamburguesas, que al saberlas nos parecieron picantes; y chicas amigables, que descubrimos que tenían novios. Jugamos fútbol en el parque de Chapultepec con los novios mientras las chicas nos animaban.

Compramos cosas en el Gran Mercado, manejamos mi viejo auto en el loco tráfico de la ciudad, y, por cierto, fuimos a una corrida de toros.

Nos habían recomendado que compráramos entradas para el lado sombreado de la arena, donde la gente está sobria y se porta bien. Pero compramos boletos para el lado soleado. Además de ver a los matadores matar seis toros esa tarde, nos unimos a nuestros amigos del lado soleado para gritar Óhhh-le, vimos a nuestros vecinos arrojar puñados de pistachos a los guardias de seguridad, y más tarde, fuera de la arena, comimos sándwiches de picadillo hechos con la carne de los toros que acabábamos de ver matados.

Y luego mi vida cambió.

Al regresar al hotel, descubrimos que activistas por los derechos de los animales habían deslizado folletos coloridos debajo de todas las puertas de las habitaciones del hotel. Los folletos se titulaban “Lo Que Usted Acaba de Ver.” En resumen, esto es lo que aprendí de ellos, y con esto es el conocimiento que cambió mi vida y comenzó a preocuparme por lo que hacemos con los animales:

Cada toro es orgulloso mientras entra ferozmente en la arena. Es criado para ser así. No sabe por qué lo han transportado a un pozo de arena, o por qué sus manejadores le untaron vaselina en los ojos, pero su instinto es ignorar su ceguera parcial y entrar en tromba para establecer el dominio.

¡Y mira! ¡A través de la espesa bruma gelatinosa, distingue la forma de un caballo y jinete que entra en su espacio! Ataque al caballo de costado, golpeando su cabeza y cuernos co

Esto hace que al toro le resulte difícil y doloroso levantar la cabeza. Los empresarios dicen que esto hace que el toro sea más peligroso ya que los cuernos ahora apuntan hacia afuera. De hecho, debido a los músculos cortados, el toro se ve reducido a no ver nada más que el suelo la mayor parte del tiempo, y eso a través de una bruma de ojos manchados de gelatina.

El caballo y el jinete abandonan la arena, y una serie de tres banderilleros salen para burlarse del toro. Cada uno de ellos lleva dos lanzas en forma de flechas que colocan en el cuello dañado del toro, supuestamente para que las seis flechas formen un blanco circular para la espada del matador. De hecho, las flechas se colocan profundamente para cortar los vasos sanguíneos, y las payasadas de los banderilleros hacen que el toro corra mucho, perdiendo galones de sangre.

Pronto el toro está luchando contra el agotamiento, la ceguera casi total y se siente muy débil por la pérdida de sangre. Es solo entonces que el “valiente” y colorido matador entra en la arena para burlarse de la víctima y apuñalarla hasta la muerte. La multitud aplaude mientras el asesino desempeña el papel de su estafa.

Pero ¿qué es que la multitud aplaude en realidad? ¿Que un equipo de personas con grandes cerebros humanos pueda enfrentarse con éxito a una víctima con un poco inteligente cerebro bovino? ¡Igual es aplaudir a quien le robe a un bebé de sus dulces! ¿Es peligrosa la corrida de toros para los torturadores?  Sí, incluso un toro estúpido, ciego, y exhausto tiene peso y cuernos. ¿Es tradición? Sí, pero también era el colocar cristianos en las guaridas de los leones. ¿Es una estafa? Sí, los empresarios ganan millones vendiendo la fantasía de “La Corrida”.

Yo había pagado mi dinero y después del espectáculo me comí el picadillo de células musculares que apenas sabían que estaban muertas, células bañadas en las hormonas tóxicas del estrés de una confundida y asustada criatura de Dios de la que se burlaban y torturaban hasta la muerte por la risa de almas no iluminadas como era yo, entonces un joven de veintidós años.

Hoy el movimiento antitaurino está creciendo y logrando prohibir tales espectáculos, gracias a activistas dedicados que colocan sus folletos, sus votos, y sus cuerpos contra la cruel “tradición.” Ahora soy vegano, y cuando la gente me pregunta de dónde obtengo mi proteína, recuerdo esos pobres toros y ese picadillo de corrida y quiero darle la vuelta a la pregunta y preguntarles: “Pero ¿de dónde obtienes TU la proteína?” La carne no solo envejece y enferma a las personas antes del debido tiempo, sino que su producción es increíblemente tortuosa para miles de millones de animales confundidos y aterrorizados.

Mi amigo y yo regresamos al parque de Chapultepec con nuestra pelota de futbol siendo hombres cambiados.

¿Y el auto? Tuvimos que arreglarlo unas cuantas veces en el viaje, y murió cuando lo condujimos por la rampa de la autopista cuando regresamos a Syracuse y el radiador se cayó a la calle ante la señal de alto.  Había sido un gran coche.

Rob English es miembro de People for Animal Rights, organización de base, compuesto enteramente por voluntarios.

Comuníquese con People for Animal Rights

P.O. Box 3333

Syracuse, NY 13220

(315) 708-4520

peopleforanimalrightsofcny@gmail.com

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