Límite de velocidad del viaducto I-81
por Miguel Balbuena
Una revisión de las declaraciones o prioridades de las misiones de las instituciones encargadas del cumplimiento de la ley, desde el nivel estatal hasta el local, encuentra que un deber de la Policía del Estado de Nueva York es “prevenir y detectar delitos y violaciones de la ley”; del Departamento de Policía de la Oficina del Alguacil del Condado de Onondaga es “hacer cumplir todas las leyes”, y; del Departamento de Policía de Syracuse es “hacer cumplir las leyes”.
Hay casos en los que las funciones de estas agencias se superponen. Un ejemplo de ello es la parte de la autopista Interestatal 81 que atraviesa la Ciudad de la Sal por 12 millas, 1.4 de ellas como una pieza elevada de infraestructura gris envejecida. Aproximadamente el 57 por ciento de este viaducto linda con el vecindario del Lado Sur, principalmente en el conjunto habitacional Pioneer Homes (Hogares Pioneros en Español). Esta situación permite que la policía estatal intervenga en Syracuse “para garantizar la seguridad de las carreteras del estado”, como la I-81, mientras que esta autopista está dentro de la jurisdicción geográfica de los agentes del alguacil, ya que Syracuse se encuentra dentro del Condado de Onondaga.
El 16 de julio el Departamento de Transporte del Estado de Nueva York (NYSDOT por sus siglas en Inglés) y la Administración Federal de Autopistas publicaron su esperado Proyecto de Declaración de Impacto Ambiental (DEIS por su siglas en Inglés), el nombre oficial de su plan sobre el futuro del viaducto de la I-81.
“Los tiempos de viaje en el campo y las velocidades vehiculares se recopilaron en diciembre de 2013 a lo largo de 11 rutas dentro del Área del Proyecto”, dice el DEIS en su capítulo 5, sobre consideraciones de transporte. “Los datos se recopilaron utilizando el método del automóvil promedio, en el que se maneja un vehículo a lo largo de la ruta viajando con tráfico a velocidades predominantes mientras se registran la distancia, el tiempo de viaje y el retraso. Se realizaron estudios sobre el tiempo de viaje y demoras durante los períodos pico de la A.M. (7:00 a 9:00 A.M.) y de la P.M. (4:00 a 6:00 P.M.)”.
“Las velocidades promedio de viaje en las autopistas a lo largo del área del proyecto están en el rango de aproximadamente 55 a 66 millas por hora (m.p.h.) para hora pico de la A.M. y de 55 a 63 m.p.h. en la hora pico de la P.M. Para la mayoría de rutas de autopistas, las velocidades de viaje en las horas pico de la A.M. son similares a las velocidades en las horas pico de la tarde,” continúa diciendo el documento.
El 18 de agosto el NYSDOT organizó dos audiencias públicas en persona sobre el proyecto del viaducto de la I-81 en el Centro de Convenciones Nicholas Pirro. Como encargado de una estación informativa instalada simultáneamente a ambas audiencias estuvo Justin Kellogg, un ingeniero civil y estructural licenciado haciendo labores de consultoría para este departamento estatal. Dijo que en sus cálculos pronosticando la contaminación del ruido que generará el tráfico en la parte elevada de la I-81, el NYSDOT no usó el límite de velocidad anunciado de 45 millas por hora en esta parte porque no sería realista ya que ningún conductor lo acata. Agregó que, en cambio, NYSDOT utilizó un promedio de 62 m.p.h., el cual es más consistente con los datos recopilados por él.
Incluso esta última velocidad es insuficiente. Viajo con frecuencia por el viaducto y allí veo consistentemente conductores infringiendo la ley al manejar sus vehículos a alrededor de 70 millas por hora en el carril derecho y 80 millas por hora en el carril izquierdo. Sabemos que los niveles de velocidad están positivamente correlacionados con los niveles de ruido. La notoria falta de hacer cumplir los límites de velocidad por parte de la Policía del Estado de Nueva York, el Departamento de Policía de la Oficina del Alguacil del Condado de Onondaga y el Departamento de Policía de Syracuse, todos los tres a cargo de hacerlo, produce una falta de acatar estos límites por parte de los conductores. Si hay una ley en los libros cuyo acatamiento no se está haciendo, es lo mismo que una ley que no existe. Algunos vecinos piensan que esta situación constituye legalmente una derelicción del deber. El hecho es que esta negligencia está causando que la salud de los residentes de esta parte del Lado del Sur se deterioriore para beneficiar la comodidad de los conductores en la I-81, quienes no tienen que pagar el precio de la contaminación del ruido que crean porque ésta es descargada sobre los residentes de Lado Sur. Esto se ajusta al clásico ejemplo de transferencia de externalidades negativas de los automovilistas a los vecinos.
Miguel Balbuena es un escritor en los campos académico, científico, periodístico y literario (en los géneros de ficción y no ficción).
Fotos proveidas por Miguel Balbuena