¿Que nos enseña la Industria de Vino en Nueva York?
por Maximilian Eyle
Hoy, el estado de Nueva York es uno de los productores más grandes de vino en los E.E.U.U. Nueva York tiene casi 300 viñeras, uno de cada tres está en la región de los Finger Lakes. La industria tiene un impacto económico de $3.8 billón cada año, y crea mucho trabajo, ingresos públicos, y turismo. El crecimiento de la industria de vino ha pasado solo durante las últimas décadas. ¿Por qué está pasando ahora? La respuesta tiene algo que ver con las avanzas modernas de agricultura, y también con nuestra política de drogas.
El vino ha sido un producto de los Finger Lakes desde la primera parte del siglo diecinueve. Pero solía ser solamente las uvas del tipo Concord que se cultivaban aquí. Es una variedad más dulce y menos interesante que las uvas de la familia vinífera como Reisling, Chardonnay, y otras más conocidas. No se cultivaban esas uvas aquí porque no podrían sobrevivir los inviernos duros. A pesar de eso, la industria de vino se crecía hasta el siglo veinte. Era así hasta el año 1920 cuando la Enmienda Dieciocho estableció una prohibición de alcohol. La prohibición de alcohol destruyó la industria de vino durante trece años. Mientras que los productores de vino legal tuvieron que cerrar sus viñeras, los criminales empezaron a vender alcohol en el mercado negro. El crimen subió hasta el año 1933 cuando se cambió la ley.
En el año 1951, un inmigrante ucraniano que se llamaba Dr. Konstantin Frank empezó a trabajar como un portero en la estación de experimentos de Cornell en Geneva, NY. Aunque sea un experto en la producción de vino en Ucrania, su experiencia no era reconocida en los E.E.U.U. Sin embargo, su trabajo en la estación de experimentos le puso en contacto con otros científicos que estaban investigando la producción de vino en la región de los Finger Lakes. Dr. Frank creía que él sabía las variedades de uvas que podrían sobrevivir en Nueva York y el sistema mejor para cultivarlas. Al principio los otros científicos le ignoraron, pero después de algunos años se probó su teoría y era correcta.
La revolución de Dr. Frank significó que se podría empezar a cultivar las uvas más populares en el mundo aquí en Nueva York, pero pasaría mucho tiempo hasta que la industria pudiera madurarse. Las regulaciones antiguas de la época de prohibición pusieron restricciones pesadas en los productores locales de vino. Hasta el año 1976, las viñeras pequeñas no podrían vender su vino directamente a sus clientes. Tuvieron que contratar un mayorista. En los años ochenta las leyes se cambiaron y la industria de vino empezó a crecer y formar una parte importante de la economía de Nueva York. En el día de hoy, las uvas son uno de las tres frutas más rentable en nuestro estado a parte de las manzanas y cerezas.
No podemos culpar los productores originales de vino por no entender los mejores métodos para cultivar los vinos europeos en nuestro clima duro de Nueva York. Las investigaciones científicas son difíciles y demandan mucho tiempo. Pero podemos culpar la filosofía de prohibición que defina la política de drogas en los E.E.U.U. Ésta prohibición ha reprimido una industria productiva y beneficiosa por más de un medio siglo. Todavía, Nueva York es uno de los únicos estados que prohíba que se vende vino en los supermercados.
Aunque la producción de vino ha crecido mucho en Nueva York, vemos una repetición de historia con el tema de cannabis. Mientras otros estados disfrutan los beneficios de legalización, nuestro estado sigue con su bloqueo de la industria. Igual que nos acordamos de la futilidad de la prohibición de alcohol, así que las generaciones futuras les acordarán de la futilidad de nuestra prohibición de marihuana.
Maximilian Eyle es nativo de Syracuse, NY y se graduó de Hobart y William Smith Colleges. El tiene experiencia trabajando en el sector de pólizas de drogas y escribe acerca de esto en el periódico mensual de CNY Latino. Maximilian aprendió Español mientras vivía en España donde estudio y trabajo como maestro de Ingles. El puede ser contactado al maxeyle@gmail.com.