Trabajadores Agrícolas de Syracuse Luchan
Titular: Trabajadores agrícolas de Nueva York luchan para su derecho de organizarse
Por: Minnie Bruce Pratt
Trabajadores Agrícolas de Syracuse Luchan
Trabajadores agrícolas luchan valientemente y tenazmente para el derecho de organizarse en Nueva York. En este momento el estado tiene el derecho de prohibir que los jefes despidan a los empleados solo por haber conducido acción colectiva con tal de mejorar las condiciones en el trabajo.
El 10 de Mayo, el trabajador Crispín Hernández, junto con dos empleados del Centros de trabajadores de Nueva York – el Centro de Trabajadores de CNY (WC-CNY) y el Centro de Justicia de Nueva York (Rochester) (WJC) – presentó una demanda en contra del estado de Nueva York, demandando este derecho. La Ley Estatal de Relaciones Laborales de Nueva York de 1936 (SERA) excluyó específicamente a los trabajadores agrícolas del derecho de negociación colectiva. A pesar de que la Constitución estatal de 1938 concede tal derecho a todos los trabajadores, sin excepción, los trabajadores agrícolas de Nueva York jamás han estado legalmente otorgados a organizarse a cause de la exclusión de SERA.
Hernández y los trabajadores del centros demandaron que el derecho de organización aplique a los trabajadores agrícolas.
En una conferencia de prensa en Albany el 10 de Mayo, Hernández dijo, “sin trabajadores de campo, no habría leche, no habría frutas o verduras, pero nos tratan como esclavos, peores que las vacas. Queremos poder mejorar las condiciones de trabajo sin miedo o intimidación. Creemos que nuestras vidas son importantes, y que todos los seres humanos merecen estar tratados con dignidad y respeto.”
La demanda se basa en la flagrante opresión experimentada por el demandante principal Crispín Hernández del derecho a unirse libremente con otros trabajadores y con el Centro de Trabajadores para hablar de asuntos de las condiciones en el trabajo.
Cuomo concede a los trabajadores Agrícolas
El 11 de Mayo el gobernador Andrew Cuomo anunció que el estado no se opondrá la demanda. Este desarrollo esperanzador da esperanza que hará una decisión exitosa y una victoria histórica para los trabajadores agrícolas. La Unión de Libertades Civiles de Nueva York (NYCLU por su siglas en Ingles) representa a Hernández, al WC-CNY, y al WJC (New York Times, 5 de Mayo).
La organizadora principal del WC-CNY, Rebecca Fuentes en una entrevista con Workers World (WW), destacó que la lucha se avanza gracias al liderazgo de los mismos trabajadores agrícolas y la dedicación del WC-CNY a lo largo de los años y un compromiso a “educar, agitar, y organizar” a trabajadores sitiados de campos alejados.
Desde el 2012, aun siendo un adolescente, Hernández trabajaba jordanas de doce horas, seis días por semana en Marks Farms, Lowville, NY — baja tanto presión que a veces ni tenia tiempo para comer ni ir al baño todo el día. Él era la única fuente de apoyo para su familia extendida de una docena de personas.
Marks Farm, un principal productor de leche en Nueva York, tiene 10,000 animales y 60 trabajadores. En lecherías del estado hay 60,000 trabajadores, con ventad de $6.34 mil millones de en el 2014.
En el 2015, Hernández y otros trabajadores platicaban con Fuentes sobre temas de seguridad en el trabajo y de lanzar clases de Inglés. Una tarde después de las horas de trabajo, reuniéndose en un apartamento pequeño que alquilaba un trabajador del dueño de la finca, llegó el hijo del dueño para mandar que Fuentes se fuera de “su propiedad.” Ella citó la decisión de un fiscal general de Nueva York la cual dice que trabajadores agrícolas pueden tener invitados en su espacio vital. Fuentes se negó a irse a menos que los trabajadores la preguntaran hacerlo.
Luego que los trabajadores mantuvieron que ella fuera su invitada, el dueño notificó a la policía, la del condado y también del estado, quienes interrogaron a Fuentes, Hernández, y otros trabajadores. Amenazada con arresto, Fuentes otra vez citó la decisión del fiscal general. Los trabajadores desafiaron el dueño y la policía por insistir que se quedara ella, y se fueron las autoridades.
Una semana después Hernández y Saúl Pinto, junto con Fuentes y otros voluntarios del WC-CNY, caminaban tráiler a tráiler para contar los derechos a los trabajadores cuando les observó el hijo del dueño. El día siguiente Hernández y Pinto fueron despedidos.
Fuentes dijo al WW que si la concesión de Cuomo está confirmada por una decisión positiva, la protección legal se garantizará para todos los trabajadores agrícolas de Nueva York hacer lo que hacían Hernández y los otros cuando terminaron despedidos.
Llamada “actividad concertada,” esta incluye acciones de los trabajadores como la formación de comités para hablar de problemas en el trabajo o para ir a la administración por parte de compañeros de trabajo para demandar condiciones mejores en el trabajo.
“Actividad concertada” de trabajadores agrícolas podría ser la pedida para un día libre cada semana, la reparación de maquinaria defectuosa, o la disposición de equipo de protección por parte de la administración. Generalmente los dueños hacen quo los empleados lecheros compren sus guantes largos que protegen sus brazos contra infección y los desperdicios de animales. Fuentes sumó que la actividad concertada es la táctica que usan tan eficazmente los trabajadores no sindicalizados, por ejemplo ellos en McDonald’s o Walmart.
Fuentes dijo que ganar la demanda legal daría a los trabajadores “una herramienta para resistir” – y firmemente declaró “Estamos resistiendo”!
Una herramienta poderosa
Una victoria significaría que Hernández y otros trabajadores agrícolas tendrían una herramienta poderosa para desafiar el amplio rango de condiciones horrendas en las cuales trabajan.
Los relatos de Hernández y el trabajador agrícola José García, puestos por NYCLU, cuentan de días trabajando doce horas con sueldo bajo y falta de pago para horas extras; lesiones en el trabajo sin atención médica y falta de equipo para prevenir lesiones; aislamiento extremo rural y falta de transporte para obtener recursos; racismo, intimidación verbal, y asalto físico por supervisores y dueños. Entre los trabajadores agrícolas de Nueva York hay una tasa de mortalidad veinte veces más alta del trabajador común en el estado. Algunos trabajan desde 90 hasta 95 horas cada semana, operando maquinaria peligrosa bajo condiciones extenuantes.
Para mujeres trabajadores agrícolas, una victoria ofrecería una manera de luchar en contra de violación y acoso sexual. Las mujeres trabajadores agrícolas enfrentan una tasa altísima de estos delitos, según un estudio de 2013 del Centro de Investigación Periodística. Las mujeres están particularmente vulnerable debido a su estado de documentación, aislamiento rural o social, o por ser el sostén primario para sus hijos (nyclu.org, May 10).
La victoria también daría a los trabajadores agrícolas una herramienta para oponerse a las cada vez mayores aceleraciones y la demanda de más mano de obra con salarios de pobreza que es la agricultura de la línea de montaje, especialmente en los productos lácteos. En la tecnología de EE.UU. y la especialización aumentada de la granja lechera el tamaño de los rebaños de nueve veces en los últimos veinte años. En el Nordeste, granjas con 700 vacas generan casi el 50% de la leche producida en el año 2014. (D.P. Blayney, “cambios del paisaje de la producción de leche”, 2002).
Trabajadores agrícolas típicamente enfrentan amenaza e intimidación si demandan condiciones mejores de sus jefes.
En el estado de Nueva York muchos son de México y Centroamérica, y se enfrentan a una posible deportación o la pérdida de una visa de trabajo continuo, si se enfrentan a los propietarios de granjas.
La extensión del derecho de sindicación de los trabajadores agrícolas en Nueva York rompería un tramo de 80 años de injusticia racista comenzado en el 1935, cuando la Ley Wagner estableció la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo. Ese acto excluye específicamente a los trabajadores agrícolas del derecho a organizarse y negociar colectivamente a lo largo de los EE.UU. (Comité Consultivo Nacional de Trabajo Agrícola, “Trabajo Agrícola Organizador 1905-1967: Una breve historia”, 1967)
La exclusión vino de la presión de los propietarios de la clase dominante blanca en el Sur segregado EE.UU., determinados a mantener a los trabajadores agrícolas Afro-americanos de sindicalización. Campañas efectivas y potentes de agricultores y aparcería como la de la Unión de Agricultores del Sur del arrendatario, recorre la región durante la década del 1930, a menudo bajo el liderazgo socialista y comunista. (R. Kelley, “Martillo y Azada”, 1990)
Pero incluso con un triunfo histórico en la demanda, Hernández y otros trabajadores agrícolas todavía no tendrían el derecho a horas extras, seguro de desempleo o compensación de trabajadores, negado bajo las leyes existentes de Nueva York.
Carly Fox, representante del Centro de Justicia para Trabajadores de Rochester, dijo que el WJC ha estado luchando durante casi quince años para la aprobación de la Ley de Prácticas Justas de Trabajo Faena Agrícola, lo que garantizaría los derechos adicionales. El 15 de Mayo una marcha de 200 millas en apoyo del proyecto de ley comenzó en Long Island y se unirán el 1 de Junio en Albany exigiendo un “Sí” de la legislación.
En un email a WW, Fox dijo que: “Los trabajadores agrícolas nos alimentan a todos nosotros, es ya es hora que el estado los trate con dignidad y respeto.”
Mientras tanto, los trabajadores agrícolas y los partidarios de los centros de los trabajadores seguirá reuniéndose en granjas lejanas en Nueva York para educar, agitar, organizar la marcha y el mitin. Hay una canción que se hizo famosa en la década del 1970, durante la huelga de Trabajadores Agrícolas y de la lucha por el reconocimiento sindical en California. Todavía está siendo cantada delante de la Granja Marks en Lowville, Nueva York.
La pancarta de manifestación
La llevo por todo el día
La pancarta de manifestación
Conmigo toda la vida