Como solucionar el crisis de opiáceos

por Maximilian Eyle

La prohibición de opiáceos en los EEUU ha existido durante casi un siglo. El acto contra heroína de 1924 empezó la criminalización de importar y poseer opiáceos. Ahora, después de la detención de gente innumerables y una cantidad de recursos y dinero incontable gastado, ¿se han desaparecidos los opiáceos? No. Al contrario, estamos sufriendo un epidémico de opiáceos. Cada año el número de sobredosis fatales sube, y el CDC estima que 72,000 personas murieron en el 2017. Permítaseme ser claro: esos son fallecimientos evitables. A través de cambios legislativos y la implementación de estrategias establecidas de reducción de daño, tenemos la opción para adoptar una política de drogas basada en compasión y evidencia en lugar de castigo y propaganda.

La presencia de opiáceos ha sido muy común en los EEUU. Algunas vienen por el mercado negro y fueron producidas ilegalmente y sin la regulación del gobierno, mientras que otras vienen de prescripciones y son hechas por empresas farmacéuticas registradas. Una confusión común es que las sobredosis derivan solamente por los opiáceos ilegales. La realidad es que el 40% de esas sobredosis resultan por opiáceos prescritos. En el 2015, más que uno de cada tres estadounidenses usó un opiáceo legalmente. Ese número no incluye el uso de opiáceos ilegales. Ahora hemos llegado a nuestra primera recomendación en la lucha contra sobredosis: Narcan debería estar en cada hogar en los EEUU.

Que es Narcan? También se llama Naloxone, esa droga bloquea la absorba de opiáceos al nivel de los receptores. Opiáceos afecta la respiración, por eso una persona sufriendo una sobredosis puede parar de respirar. Porque Narcan pausa los efectos de opiáceos en el cuerpo, puede salvar una vida por restaurar la respiración. Está aprobado por la FDA y se puede administrarlo fácilmente por un spray nasal. Incluso un niño puede hacerlo. Fue desarrollado por el uso de personas sin entrenamiento medico que podría llegar antes de los paramédicos, como amigos y familiares de la víctima. Narcan no es una sustitución para llamar al 911, pero podría salvar la vida de la persona mientras los técnicos de emergencia están en ruta.

Igual que tenemos un extintor en cada edificio y hogar para protegernos en el evento de un fuego, deberíamos también tener Narcan disponible siempre. Los centros de reducción de daño muchas veces proveen Narcan gratis con entrenamiento para los que quieren, y muchas otras instituciones hacen lo mismo. El gobierno de la Ciudad de Nueva York también ha empezado distribuir Narcan por una variedad de lugares como un parte de su iniciativa llamada HealingNYC.

Subiendo la disponibilidad y conocimiento de Narcan en nuestra sociedad es un recurso poderoso para combatir las sobredosis. Pero cambio legislativo también debería pasar si vamos a interrumpir el epidémico de opiáceos. La prohibición es la clave principal de sobredosis y crece el daño que resulta por esas drogas. Sabemos que la prohibición de opiáceos nunca va a eliminarlas. Al contrario, empuja su uso y producción bajo tierra que es más peligroso aún. Los consumidores no saben el contenido, fuerza, ni dosis de lo que están tomando. Imagínate si cada vez que comprarías jarabe para la tos – viniese en una botella sin etiqueta y siempre fuese más o menos fuerte que la última vez que lo tomaste. Obviamente, la probabilidad que tomarías demasiado sin querer sería mucho más grande. Alcohol también es una droga peligrosa, pero aprendimos en los 1920s que la prohibición no soluciona nada, solo empeora las cosas mas.

Claramente, alguna forma de acceso regulado sería mejor que el sistema actual. Ha pasado ya en muchos otros países, especialmente en Europa. El programa Suizo recibió mucha atención por su éxito. Empezando en los años noventa, “Zurich volvió a ser el primer lugar en el mundo donde programas de terapia distribuyeron prescritos de heroína a los consumidores para quien otras substituciones no funcionarían.” El resulto era que la tasa de consumidores nuevos, nuevas infecciones de VIH, sobredosis, y otros problemas relacionado con el consumo de opiáceos se bajaron.

Es nuestra responsabilidad como votantes e individuos para empujar este cambio al frente en la lucha contra sobredosis. Los pasos son bastante sencillos: equípate con Narcan y aprende como a suministrarlo (es muy simple). Vota por candidatos que apoyan las medidas de la reducción de daño y soluciones diferentes que la prohibición para nuestra política de drogas. Siendo “fuertes contra las drogas” no funciona – el momento para compasión y cambio pragmático ha llegado. Finalmente, apoya tu centros de la reducción de daño locales. Por abordar la prevención de sobredosis, pruebas de HIV y hepatitis, educación de sexo, acceso a jeringuillas, y más – estos centros ayudan mucho las comunidades que sirven.

Maximilian Eyle es originario de Syracuse, NY y graduado de Hobart y William Smith Colleges. Trabaja como consultor de medios y escribe cada mes sobre una variedad de temas para periódicos en Español en todo el estado de Nueva York. Maximilian ama la cultura hispana y aprendió Español mientras vivió en España, donde estudió y trabajó como profesor de Inglés. Él puede ser contactado en maxeyle@gmail.com