¡Aunque sea una servilleta, por favor!
UN MOMENTO DE REFLEXIÓN
por Lilia M. Fiallo
Estornudo
Estando en Nueva York esperando el tren, en una estación clara, cielo abierto, que permitía disfrutar de una fresca madrugada de verano, con el sol naciente y una temperatura deliciosa, reinaba un silencio absoluto entre los pasajeros que ansiosos esperábamos, pero fue abruptamente interrumpido el momento por un fuerte e inesperado ruido. Conservo como una película corta en mi mente, aquel instante en que un sinnúmero de partículas, salieron por la boca del personaje que se encontraba adelante de mí, hacia la izquierda, amparado en la sombra de una columna, sin inmutarse y como si estuviera solo y en campo libre; rompió la paz con su descarga que retumbó en el lugar por lo estruendoso de su estornudo. Alarmante; recuerdo los átomos líquidos de varios tamaños que salieron e inundaron el ambiente hasta desaparecer, aparentemente, pero la verdad, toda su expectoración la absorbimos. Entonces pensé, ¡qué bueno que pensáramos en aplicar ciertas reglas de urbanidad cuando estamos en público!
He encontrado el complemento perfecto que le faltaba a mi apreciación, en la revista Selecciones de Enero del 2018 y a continuación transcribo para su apreciación:
“¡QUIÉN LO DIRÍA!
Anatomía de un estornudo
por Brandon Specktor
De estructura sólida, líquida y gaseosa a la vez, el estornudo común es uno de los milagros más asquerosos que existen en la naturaleza. Lydia Bourouiba, investigadora del Instituto Tecnológico de Massachusetts, los llama de otra manera: eventos respiratorios violentos. De hecho, ese es el título de un estudio reciente en el que su equipo analiza el estornudo. Milisegundo a milisegundo, con una cámara de alta velocidad y modelos computacionales sofisticados. ¿Sus hallazgos? Estornudar es mucho más que ensuciar un pañuelo. Incluso podría influir en la visión que tenemos sobre el contagio de enfermedades. He aquí los detalles de lo que los científicos ven cuando dices: “iaaaa-chu”.
1. Tal como la detonación de un arma de fuego, la fase inicial de expulsión dura apenas unos milisegundos, pero eso basta para que unas 40,000 gotas de varios tamaños salgan a la velocidad de un auto en la carretera.
2. Las gotas de mayor tamaño (en verde) salen en ráfaga por la boca y se desploman por su propio peso en cosa de segundos. Distancia promedio recorrida: 0.91 a 1.98 metros.
3. En la fase de “resoplido” (en rojo), una bocanada turbulenta de aire cálido y húmedo surca los aires en forma de remolino con pequeñas gotas de estornudo en su interior.
4. La nube crece y pierde velocidad al absorber aire del ambiente, pero logra impulsar las gotas más pequeñas, que se le alejarán hasta 7.92 metros desde su punto de origen.
5. Gracias a la nube, las gotas flotan lo suficiente como para llegar a las rejillas de ventilación (y, por lo tanto, a cualquier lugar de un edificio).
¡Gran problema! Pero la solución está a la mano, cuando estornudes, cubre tu boca con el brazo o un pañuelo; lávate las manos y quédate con tus gérmenes.”
Lilia M. Fiallo nacida en Bogotá, Colombia, lugar en el que, entre tareas y ratos libres, encontró un espacio para escribir sobre temas, de alguna manera olvidados por otros. Con letras de oro grabadas en su memoria, inició su vida laboral, en el corazón de la parte técnica, del control de tránsito aéreo de su país natal. En medio de fraseología y códigos aeronáuticos, el mundo de la aviación le dio una de las más elevadas experiencias, por la precisión que requiere este oficio, donde un solo error, podría costar muchas vidas. Es ahí, donde en su inquietud por comunicar sus ideas, comienza a escribir con dedicación, temas un poco relegados por la sociedad, la Iglesia y el Estado. Al descubrir una verdad de la que nadie quiere hablar, pero mucho más real y cotidiana, de lo que parece. Es así, como surge esta, su primera obra, “Parir por parir”. Puedes encontrar su libro en venta en Amazon.