Los trabajadores esenciales inmigrantes merecen un estatus legal y protecciones

por: Eddie A. Taveras

Luego de los ataques del 11 de septiembre, cientos de inmigrantes indocumentados acudieron patrióticamente al lugar del desastre, arriesgando la vida y la salud, para ayudar a limpiar y a reconstruir luego de los eventos de ese trágico día. Casi veinte años después Nueva York ya está enfrentándose a otra tragedia con la pandemia de la COVID-19. Una vez más las personas indocumentadas se han ofrecido para ocupar los trabajos esenciales, y así ayudar a alimentar y sanar la ciudad y su gente.

A pesar de sus contribuciones y sacrificio, más de cinco millones de trabajadores esenciales de todo el país pudieran enfrentarse a la deportación y a la separación de su familia en cualquier momento. La mayoría soportó cuatro años traumáticos bajo la administración Trump. Ellos son la columna vertebral de varias industrias, como la de la leche, que es tan vital para el estado de Nueva York; o como la de la transportación, donde se aseguran que los alimentos lleguen a las tiendas y que recibamos nuestros paquetes mientras estamos en cuarentena. Han mantenido a nuestro país funcionando a lo largo de estos meses oscuros y, sin ellos, la recuperación económica de este país es sencillamente imposible. Sin embargo, pudieran venir días mejores para nuestra comunidad indocumentada.

El presidente Joe Biden reveló un plan que proveería una vía a la ciudadanía para once millones de inmigrantes indocumentados y documentados. El plan del presidente abriría un camino de ocho años hacia la ciudadanía para todos las personas indocumentadas si sus impuestos están al día y si pasan una verificación de antecedentes. Los Dreamers y aquellos cubiertos por el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) pudieran solicitar de inmediato para la residencia permanente y al cabo de tres años para la ciudadanía.

Según un estudio de mi organización, FWD.us, hay cerca de 23 millones de trabajadores inmigrantes esenciales en el país. De esos, 5,2 millones son indocumentados y esa cantidad incluye a 900.000 Dreamers. En Nueva York hay 332.000 inmigrantes indocumentados como parte de los 2.217.000 trabajadores esenciales indocumentados. De estos, 45.000 son Dreamers.

Debemos proteger a aquellos que han pasado el último año protegiéndonos. Según un estudio del Fiscal Policy Institute, una organización no partidista que se enfoca en mejorar las políticas públicas para los neoyorquinos, los inmigrantes indocumentados contribuyen hasta $40 mil millones a la economía estatal.

Cuando protegemos a los inmigrantes indocumentados, protegemos a todas las comunidades, porque los inmigrantes son parte de cada aspecto de nuestra base social y económica. Al ofrecer una vía a la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados, garantizamos una recuperación económica más robusta para nuestro país. No podemos progresar como nación si algunos de nosotros seguimos luchando por sobrevivir, especialmente aquellos que hemos llamado “esenciales” en toda la pandemia.

Es hora de que el Congreso tome acción. Es hora de que los inmigrantes, que tienen miedo de ser deportados y separados de sus familias, puedan descansar tranquilos por las noches en sus hogares. Una vía a la ciudadanía para estos trabajadores esenciales lo es todo. Si buscamos agradecerles su servicio de alguna forma, pues aquí llegó la oportunidad de hacerlo. Como dijo el senador senior de Nueva York, el líder de la mayoría del senado, Chuck Schumer, debemos usar todas las herramientas a nuestro alcance para asegurarnos de que el Congreso cumpla con su promesa de aprobar una reforma inmigratoria integral que se centre en la dignidad de las personas y las familias. Se debe aprobar una vía a la ciudadanía sin demoras y sin excusas.

Los inmigrantes han respondido por nuestro país una y otra vez. Ahora el Congreso debe hacer lo propio.

FWD.us es una organización política bipartidista que cree que las familias, las comunidades y la economía de Estados Unidos prosperan cuando más personas pueden alcanzar su máximo potencial. Durante demasiado tiempo, nuestros dañinos sistemas de inmigración y justicia penal han excluido a demasiadas personas del sueño americano.

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