¡Mentira!

Un Momento De Reflexión
por Lilia M. Fiallo

“No me mientas, porque si tú me mientes, no es a mí a quien tú le estás mintiendo, sino es a ti mismo” (Autor desconocido)

En la vida, todo tiene un primer paso y si bien nos sentimos sobre cualquier asunto que elijamos, seguimos adelante sin preocuparnos. Claramente sabemos que tenemos un libre albedrío; obrar, actuar, hablar bajo nuestra propia responsabilidad y criterio, siempre en base a la verdad, es lo correcto, con el espíritu limpio y transparente en todas las actuaciones de la vida. Mala decisión de una persona al intentar engañar, traicionar, robar, mentir, juzgar, criticar, censurar o causar alguna maldad a algo o a alguien, pues no podrá hacer lo mismo contra su propio ser.

La mentira es un sentimiento maligno que como la enredadera, va trepándose hasta alcanzar nefasto resultados. A muy corta edad –aunque cueste creer-, un ser humano aprende a diferenciar entre el bien y el mal, a saber la verdad de las cosas, a conocer el mundo que lo rodea; las criaturas van copiando como una grabadora y van almacenando lo que ven y escuchan, y los padres, vigilantes de sus hijos, se van dando cuenta las inclinaciones de la naturaleza humana en el corazón de cada uno de ellos, permitiendo corregirlos a tiempo.

Una mentira lleva otra y otra más. Cuando timbra el teléfono, le dice la madre a Sarita: “contesta y si es su tío Pablo, dile que salí temprano”. Golpean a la puerta y la mamá le dice al oído a Martín: “ve a abrir y si es la vecina, dile que estoy dormida”, mientras ella rápidamente se va a su cuarto.-Se piensa que los niños por ser tan pequeños no entienden y resulta que comprenden perfectamente-. Esto contiene una inmensa irresponsabilidad, desconsideración y falta de respeto hacia los hijos, además de acarrear duras consecuencias más adelante, mal ejemplo y sembrar en ellos la mentira.

A medida que los hijos van creciendo, van explorando el mundo exterior y de lo que han aprendido en casa van fabricando su propio destino. El camino recto, la verdad como el agua pura, fresca y cristalina, las buenas enseñanzas aprendidas en el seno del hogar, serán los cimientos para iniciar una travesía individual a través de la vida.

Hay momentos en que se dicen mentiras piadosas, pero… Por ejemplo, cuando Ann le dijo a su sobrina: “Gracias Melissa por mi regalo de cumpleaños, solo quería preguntarte, cuánto te costó?”… Melissa, se quedó sin aliento, ya que recordó el día que iba caminando y compró el regalo de la tía; no contaba con mucho dinero y vio un almacén que anunciaba promociones increíbles y aprovechó para adquirir un conjunto de pijama y bata, bueno, bonito y barato. Melissa no sabía qué decirle y con pena decidió subirle al precio para que la tía no pensara que le había regalado algo de tan bajo costo y le respondió, pero no imaginó, que la tía sacara de la cartera el dinero para que le comprara 2 conjuntos más. Ahora Melissa estaba realmente mal, por una parte, la mentira, y por otra, ¿cómo le iba a devolver el dinero que aumentó sin querer?

Sea lo que sea, la mentira es un sentimiento malo. Es mejor ser auténtico, que piensen lo que quieran pensar al presentarse tal como es. A menudo, mezclar inteligencia con mentira, tarde que temprano saldrá a la luz la verdad y quedará mal quien mintió sufriendo su propio yugo. Peor aún será mezclar la mentira con astucia sin inteligencia, quedando en evidencia y pasando un mal rato. El mentiroso patológico o mitómano, tiene una adicción y miente inconscientemente, no le interesa ni se preocupa por los efectos de tal acción y deja en evidencia un desarreglo mental, ocasionado por carencia de afecto, lo que nos da una de tantas respuestas: todo nace en el seno del hogar.

¡De usted depende que la vida no sea una mentira.!