Como ser una Buena Criatura

Como ser una Buena Criatura: Una Memoria en trece Animales
por Sy Montgomery, 2018, Houghton, Mifflin, Harcourt

Opinión de Linda DeStefano
Traducido al español por Rob English

How to Be A Good Creature es un retrato íntimo de una mujer que forma apegos profundos, tanto a humanos como a una gran variedad de otros animales. Dado que la autora comparte gran parte de su vida, siento un parentesco con ella y aquí referiré a ella por su nombre: Sy.

El primer animal querido de Sy fue un terrier escocés de voluntad fuerte, Molly. De Molly Sy aprendió independencia, determinación y amor por la aventura.

Las aventuras de Sy la han llevado a muchas áreas remotas alrededor del mundo, incluyendo Australia, África, Asia y Sudamérica. Estas fueron expediciones para hacer investigación científica y reunir material para sus varios libros para adultos y niños. Su determinación fue probada por desafíos tal como garrapatas, zancudos, serpientes venenosas, plantas peligrosas y una ardua caminata cuesta arriba que la dejó con hipotermia y mal de altura. Pero ella persistió y atesoró cada aventura.

Ella y su esposo, Howard Mansfield, rescataron a un lechón, a un Border collie no querido (y, luego, a otro), y a un cachorro que es ciego de un ojo. Después de muchos años de una vida mimada, el cerdo “Christopher Hogwood” (que había crecido hasta convertirse en un animal grande) y Tess, su querido Border collie, murieron un poco después del otro. Sy entró en una profunda depresión, pero salió de ella a través de su curiosidad y apertura con respecto a otros animales.

Una de sus criaturas destacadas es Clarabelle, una tarántula. Sy y su colega en una expedición de arañas descubrieron a Clarabelle sobre una planta en el edificio donde se alojaban. Era una especie de tarántula conocida por ser dócil, y fácilmente caminó hacia la palma extendida de Sy. Más tarde, llevaron brevemente a Clarabelle para enseñar una lección a los niños locales, que habían adquirido el miedo humano común y la aversión a las arañas. Incluso la niña que había admitido que le tenía miedo a las arañas, le permitió a Clarabelle caminar sobre su palma. Otro susurró: “¡Es hermosa este monstruo!”

Athena y Octavia, pulpos en el New England Aquarium, se hicieron amigos de Sy. Sy describe su primer encuentro con Athena: “En el momento en que el dependiente del acuario abrió la pesada tapa del tanque, Athena se deslizó para inspeccionarme. Su ojo dominante giró en su cavidad para encontrarse con los míos, y cuatro o cinco de sus brazos deshuesados de cuatro pies de largo, enrojecidos por la emoción, llegaron hacia mí desde el agua. Sin hesitación, hundí mis manos y mis brazos en el tanque y pronto encontré mi piel cubierta con docenas, luego cientos, de sus fuertes ventosas del tamaño de una moneda. Un pulpo puede sentir con toda su piel, pero esta habilidad es más exquisitamente afilada en las ventosas. Si un humano hubiera comenzado a probarme tan temprano en nuestra relación, me habría alarmado. Pero este se trataba de un extraterrestre: uno que podía cambiar de color y forma, que podía verter su holgado cuerpo de cuarenta libras en una abertura más pequeña que una naranja, alguien con un pico como loro, veneno como una serpiente, y tinta como una vieja pluma de moda. Sin embargo, queda claro que este invertebrado marino grande, fuerte, e inteligente, uno más diferente de un ser humano que cualquier otra criatura que haya conocido antes, estaba tan interesada en mí como yo en ella.” (pp. 141-142)

Sy consideraba su familia de ser completa con su esposo, sus animales y sus amigos, y que no necesitaban niños biológicos. Me dio una risita por su explicación: “Nunca había querido tener mis propios hijos, incluso cuando era una. Cuando descubrí de niña que yo nunca sería capaz de concebir o dar a luz cachorros, eliminé la idea de parir a bebés humanos de mi lista. La Tierra estaba gravemente sobrecargada de humanos ya”. (p. 55) Pero a Sy le gusta compartir amistad con niños. Intrigadas por “Christopher Hogwood,” dos chicas que vivían en la casa de al lado venían casi a diario para alimentarlo, acariciarlo y lavarlo. Se hicieron buenas amigas con Sy. Finalmente, las niñas, su madre, Sy y su esposo, y los animales se convirtieron en una sola familia.

Yo diría que Sy misma ha aprendido bien de cada criatura, y es ella misma una buena criatura.

Este libro es fácil de leer y tiene dibujos encantadores y fotos interesantes.

Linda es presidenta de People for Animal Rights. Para obtener una muestra de nuestro boletín (que se publica dos veces al año), comuníquese con PAR, P.O. Box 15358, Syracuse 13215-0358, (315)488-PURR (7877) entre las 8 a.m. y las 10 p.m., people4animalrightscny@gmail.com. Puede visitar nuestro sitio web en peopleforanimalrightsofcny.org