Ciclos de Estigma

Ciclos de Estigma: Como la prohibición pone el uso de drogas y la prostitución aún más peligroso
por Maximilian Eyle

Junio fue el mes de orgullo para la comunidad LGBTQ en los EE.UU, y el tema este año fue “Desafiantemente Diferente”. Representa una oportunidad para luchar contra el estigma sobre las identidades LGBTQ y sus estilos de vida, mientras celebrando la diversidad de expresión personal que existe adentro de la comunidad LGBTQ. Cuando hablamos del estigma en este contexto, normalmente se refiere a una falta de respeto a la sexualidad e identidad del individuo por parte de la familia o la sociedad. Lo que no consideramos tanto es que la manifestación de este estigma causa una reacción en cadena según el individuo lucha en superar el trauma de que su identidad sexual sea ridiculizada o discriminada.

Cuando pensamos de los sitios más representantes de la cultura LGBTQ, las ciudades grandes vienen a la mente. Lugares metropolitanos como La Ciudad de Nueva York sirven como imanes para miembros de la comunidad LGBTQ nacional por la mentalidad más progresiva sobre la sexualidad y la disponibilidad de recursos sociales. El estigma relacionado con estilos de vida LGTBQ en muchas partes de los EE.UU, especialmente en los lugares rurales y en pueblos pequeños, lo hace más difícil a estar cómodo allí.

Cuando esta gente estigmatizada busca una vida nueva en un sitio más tolerante, muchas veces lleva cargas pesadas. Algunos son materiales, como las dificultades de sobrevivir financieramente en una ciudad cara y extraña como Nueva York. Otras cargas son emocional, como las memorias del prejuicio de amigos y familia sobre su identidad. Aunque sea menos discriminación contra gente LGBTQ en un lugar metropolitano como Nueva York, muchos que vienen a una ciudad grande les cuesta sobrevivir financieramente.

Para miembros de la comunidad transgénero, es más difícil ocultar su identidad sexual que para personas gay o lesbianas. Cuando se enfrentan a esta barrera adicional al entrar en la fuerza laboral tradicional alguna gente acude al sexo como medio para sobrevivir. La Encuesta Nacional de la Discriminación Transgénero investigó este tema y otros entre 6,400 adultos transgéneros en los EE.UU entre 2008 y 2009. La investigación descubrió que, “Una mayoría (69.3%) de prostitutos transgéneros reportaron discriminación en el mercado laboral por su identidad sexual.”

Porque la prostitución es ilegal en la mayoría de los EE.UU, hay repercusiones legales y sociales para los que eligen este tipo de trabajo. Para ser un prostituto, tienes que entrar el mercado negro, arriesgar detención, y no tiene el mismo acceso a contracepción, pruebas de ETS, ni otros recursos importantes de salud. También existe estigma para prostitutos heterosexuales, pero es más fuerte para los prostitutos de la comunidad LGBTQ.

Si la persona tiene un antecedente penal de drogas, será casi imposible conseguir trabajo tradicional. Otra vez vemos la influencia dañina de la estigma – esta vez en el contexto del uso de drogas. La Guerra Contra Drogas ha condicionado nuestra sociedad para considerar el uso de drogas como un fallecimiento moral, como los grupos anti-gay dicen que ser LGBTQ es un fallecimiento moral. Nuestro sistema de justicia avanza esta perspectiva al detener y castigar estos individuos – dándoles el estigma inescapable e institucionalizado por un antecedente penal.

Como la prohibición de prostitución se pone más peligroso aún, los aspectos más disfuncionales y destructivos del uso de drogas normalmente son productos de prohibición más que resultados de la droga. Considere el problema de sobredosis – que casi siempre resultan de la inhabilidad de saber el contenido, pureza, o fuerza de lo que está tomando la persona. En los EE.UU, donde casi 65,000 personas se murieron por sobredosis en el 2016, los consumidores de drogas compran sus drogas en el mercado negro. No pueden saber lo que están tomando, y además sus compras apoyan un mercado negro que vale más que $100 billón cada año. En Suiza, donde el gobierno empezó a dar a los adictos de opiáceos acceso a heroína farmacéutica y otros substitutos en un ambiente clínico, su tasa de sobredosis se bajó por 50% y la tasa de infección de VIH se bajó por 65%. También, la tasa de consumidores nuevos se ha bajado. Esta práctica de la reducción de daño pone a los consumidores de drogas en contacto con profesionales médicos sin la presión a cambiar su estilo de vida.

La historia larga de estigmatizar miembros de la comunidad LGBTQ sube la tasa de trauma y abuso. (77% de prostitutos transgéneros sufrió de discriminación durante su juventud después de expresar su identidad transgénero.) La discriminación continuada que acompaña gente transgénera cuando buscan trabajo les esfuerza a buscar alternativas ilegales. También crea problemas i estigma nuevo. Las consecuencias son funestos. La tasa de suicidio intentado de prostitutos transgéneros es más que 60%.

Nuestro sistema legal está legislando moralidad por la criminalización de drogas y prostitución. Eso sirve a exacerbar los peligros potenciales de estos comportamientos por limitar los recursos disponibilidades y aumentar el estigma que sienten los prostitutos y consumidores de drogas. Compasión, no castigación, debe ser la filosofía básica de nuestra política pública. El estigma social y legislado que sienten los consumidores de drogas, prostitutos, miembros de la comunidad LGBTQ, o una combinación de estos grupos, es una carga cruel que tenemos que quitar antes de que podamos esperar ayudar a las personas más en riesgo de nuestras comunidades.

Maximilian Eyle es originario de Syracuse, NY y graduado de Hobart y William Smith Colleges. Trabaja como consultor de medios y escribe cada mes sobre una variedad de temas para periódicos en Español en todo el estado de Nueva York. Maximilian ama la cultura hispana y aprendió Español mientras vivió en España, donde estudió y trabajó como profesor de Inglés. Él puede ser contactado en maxeyle@gmail.com